jueves, 17 de septiembre de 2015

Las pequeñas cosas que te alimentan el alma...

Como indiqué en mi anterior entrada, quedaba pendiente contarles mi experiencia en el agasajo navideño que realizó el Club Rotaract Guayaquil Centenario https://www.facebook.com/rotaractgyecentenario?fref=ts en el cantón Pedro Carbo.

Jamás había sido partícipe de un agasajo navideño para niños de escasos recursos y peor aún para alrededor de 500 niños. Esta invitación por parte del Club Rotaract Guayaquil Centenario fue extendida para todo mi curso, desde un principio supe que nadie iría y no perdí mi tiempo en estar preguntándoles si iban a ir. A la final únicamente asistieron cuatro compañeros.

El agasajo se desarrolló en la Iglesia principal del cantón Pedro Carbo, al ver tantos niños, al principio me sentía ofuscada y para ser sincera quería irme!!!

A la medida que fue desarrolándose el agasajo navideño, me doy cuenta de la particularidad de estos niños, la felicidad que sus rostros mostraban era inexplicable, la buena vibra que transmitían y la inocencia que tiene un niño es única. Poco a poco fui tomando confianza con ellos, aunque no eran nada tranquilos, sino todo lo contrario muy inquietos, pero son niños.

El agasajo navideño fue todo un éxito y yo me enamoré del Club Rotaract Guayaquil Centenario, por la sencilla razón, de que encontré otra manera de poder realizar voluntariado social mediante la ejecución de proyectos y que tienen por objetivo beneficio a la comunidad, a nuestros semejantes.

Agasajo Navideño en el cantón Pedro Carbo.

Mi familia, siempre junto a mi en lo que más me apasiona.


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